lunes, 17 de marzo de 2014

Belén Esteban, ¿un personaje realmente odiado?




En primer lugar, todos sabemos que a la mayoría de las personas les cuesta admitir públicamente que consumen programas de televisión calificados normalmente con el nombre de "telebasura" tal y como lo es Sálvame, ya sea porque puede suponer un aluvión de comentarios negativos (e hipócritas), o bien porque en general nos gusta ofrecer ante los demás una imagen más culta e interesante propia de los que ven día tras día los documentales de La 2. 

Pues bien, partiendo de esta premisa, he decidido inaugurar mi blog escribiendo sobre uno de los personajes más controvertidos y polémicos de la pequeña pantalla en nuestro país. Y ese personaje, señoras y señores, no es nada más y nada menos que Belén Esteban
Todos conocemos su historia, sus orígenes humildes, su romance con el torero y posterior ruptura con una hija de por medio, su ascenso al "maravilloso" mundo de la fama alcanzando su punto máximo de inflexión como colaboradora diaria y estrella indiscutible de Sálvame, sus problemas matrimoniales y anunciado divorcio, su descenso a los infiernos y su vuelta al ruedo televisivo batiendo récords ante la mirada de millones de espectadores. Su vida, al igual que en "El show de Truman", ha sido retransmitida casi en directo como si de una edición de Gran Hermano 24 horas se tratase.

Hace varias semanas, después de varios años de emisión, el programa decidió lanzar a través de la web oficial de Telecinco una encuesta en la que el público podía votar a su colaborador más querido y también al más odiado de toda la cadena. ¡Ojo al dato! Colaborador o colaboradora, mientras que los presentadores son, al parecer, intocables. 
En total, han votado aproximadamente 400.000 personas. Si llegan a dejar un par de semanas más de margen hubieran recibido más votos que en las elecciones generales.

Ayer se hizo público el ranking de los más odiados, es decir, el que más morbo despierta. Y como no, encabezando dicho ranking nos encontramos a Belén Esteban. Hoy se ha hecho pública la cara opuesta de la moneda y se han publicado los nombres de los más queridos. Belén Esteban ocupaba el tercer lugar. Interesante, ¿no creen?

Bien, antes de dar mi opinión personal al respecto, me gustaría explicar un poco el por qué esta encuesta no es válida en ninguno de los dos sentidos. Para empezar, el programa es seguido diariamente por más de dos millones de personas o incluso más si tenemos en cuenta la versión Deluxe. Está claro, que gran parte del público que sostiene a este programa en antena está formado por las cariñosamente denominadas "marujas". Y que conste que yo, al igual que Jesús Quintero, tengo un alto concepto de la maruja. La razón por la que abordo esta cuestión es porque estas señoras, mujeres entradas en los cuarenta y tantos, cincuenta, y fundamentalmente sesenta (de ahí hasta el infinito y más allá), son personas que ni se asoman a Internet y menos aún tienen perfil en Twitter, básicamente por una cuestión generacional (aunque evidentemente eso está cambiando). La cuestión es que si tenemos en cuenta este dato, la mayoría de la gente que ve el programa queda totalmente excluida de la encuesta. Además, sabiendo que Lydia Lozano ha resultado ser la más querida por la audiencia, no es de extrañar que los fieles seguidores de la periodista, que no son pocos, hayan dirigido todos sus votos negativos hacia Belén Esteban, siendo conscientes de la tensa relación existente entre ambas. Si a todo esto le sumamos que la gente suele manifestar más los aspectos negativos que los positivos amparándose en el anonimato que otorga Internet y las normas impuestas para votar (un tanto dudosas a mi parecer), se puede decir que es una encuesta totalmente sesgada y obviamente muy poco fiable.

¿Por qué es Belén Esteban la más odiada según esta encuesta? Pues muy sencillo; porque guste o no, la presencia de esta mujer en un plató de televisión hace subir la audiencia como la espuma y lo que ocurre cuando un personaje de estas características adquiere tal grado de popularidad, es que la balanza se equilibra. Al igual que despierta adoración en muchas personas (sobre todo en esas marujas tan entrañables que han quedado mayoritariamente fuera de las votaciones y en el colectivo homosexual salvo excepciones, pues no me gustan las etiquetas ni los estereotipos), también genera un odio injustificado y una infinidad de críticas voraces y muy crueles (algunas con un claro trasfondo de envidia) por parte de sus detractores.

La eterna chica de San Blas, siempre excesiva en lo bueno y en lo malo, despierta filias y fobias prácticamente a partes iguales. Nadie sabe si es buena o mala, pero todos sabemos que es como es. Todos formamos parte de una sociedad cuyo deporte favorito es el tiro al plato. Nos gusta lanzar hacia arriba a una persona con todas nuestras fuerzas y una vez que se encuentra en lo más alto nos gusta disparar para que se rompa en pedazos y se lleve el mayor batacazo del siglo. Todo forma parte del espectáculo. Afortunadamente para la Esteban, parece ser que está hecha a prueba de balas y por muchos golpes que reciba no hay nada ni nadie que sea capaz de destruirla. Como si de una Madonna de extrarradio se tratase, tiene la capacidad de reinventarse constantemente o incluso de contar la misma historia mil veces y hacer sentir al espectador que está escuchando algo nuevo. Y ese, amigos míos, es el motivo por el que esta mujer lleva 14 años en primera línea del mundo rosa. 
Belén Esteban, amada y odiada, no deja indiferente a nadie por la sencilla razón de que es AUTÉNTICA y ese es el principal secreto de su éxito mediático.


2 comentarios:

  1. que mal lo estan aciendo con belen co lo que adado por la cadena

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    1. Tratan de sacarla de quicio constantemente para que entre al trapo de la misma forma que antes. Afortunadamente, parece que ha cambiado un poco el "chip" y no se deja manipular inconscientemente como hacía antes.
      Esa encuesta es totalmente absurda, pero claro, la gente que la detesta como personaje está encantada porque así tienen un motivo más para criticarla. Contra la ignorancia a veces no se puede hacer nada. Una lástima...

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